¿Qué hacer con las personas difíciles que ahuyentan a los visitantes en lugar de invitarlos a entrar?
Cuando haces de Dios tu primera línea de defensa, Él puede encargarse de las cosas de maneras milagrosas.
“Estoy tan feliz de que estén viniendo a la iglesia conmigo hoy”, exclamó Lydia* a sus nuevos amigos con quienes había estado estudiando la Biblia. Conversaban alegremente mientras se acercaban a la entrada del recinto, cuando fueron bruscamente interrumpidos por el tono airado del guardia.
“¿Quiénes son ustedes? Muéstrenme sus tarjetas de identificación”, exigió, dirigiendo sus preguntas a los invitados de Lydia.
“Ellos están conmigo”, respondió Lydia con firmeza, guiando a sus compañeros por la puerta antes de que el hombre pudiera molestarlos más.
Después del culto, Lydia se acercó al guardia y le pidió que mostrara una actitud más amable, pero sabía que era poco probable que su petición cambiara algo. De hecho, sospechaba que aquel hombre, asignado como guardia de la iglesia, actuaba intencionalmente para desalentar a los visitantes.
Por supuesto, nuestra primera oración y deseo es que todos experimenten la bondad de Dios y entreguen sus vidas a Él, que las personas comiencen un viaje de transformación a través del poder de Jesús junto a otros miembros de la comunidad. Sin embargo, no todos están dispuestos o preparados para algo así. Entonces, ¿qué hacer en ese caso?
“Querido Dios”, oraron Lydia y un grupo de creyentes, “¡por favor, haz algo! ¡Por favor, ayúdanos!”.
Poco después, los miembros de la iglesia recibieron la noticia de que el gobierno había transferido al guardia a otro lugar de trabajo. El hombre designado para reemplazarlo era más amable y no parecía tener la misión de ahuyentar a los visitantes. Esto fue una bendición, porque siguen llegando personas interesadas en unirse a los adoradores del sábado en ese lugar del MENA.
No siempre sabemos cómo ni cuándo actuará Dios (de maneras que podamos reconocer fácilmente), pero en este caso, tomó menos de cuatro meses.
Oremos: Dios, te alabamos porque eres sabio en todo. Escudriñas los corazones de todas las personas y siempre trabajas por la salvación de cada una. Gracias porque la venganza te pertenece solo a ti. Ayúdanos a confiar en ti mientras derribas barreras y nos permites trabajar en armonía para acercar a tus hijos a ti.
